Las crisis febriles, llamadas antiguamente eclampsia febril o hasta hace poco convulsión febril es un evento que ocurre en el lactante (hasta los 24 meses de edad) o preescolar (hasta los 5 años), usualmente entre los 6 meses y 5 años, asociado a fiebre, pero sin signos de infección intracraneana Tampoco debe haber una enfermedad neurológica aguda como un accidente vascular (rotura de una arteria o aneurisma) o un infarto cerebral (falta de llegada de sangre al cerebro, lo que produce muerte de un grupo de neuronas). Se excluyen las convulsiones con fiebre en niños que ya sufren convulsiones afebriles (sin fiebre). Deben ser distinguidas además, de la epilepsia, la cual se caracteriza por convulsiones afebriles recurrentes o repetitivas.Afectan a entre el 2% y el 4% de la población general, constituyéndose, por lo tanto en el episodio convulsivo más común en los menores de 5 años. El segundo año de vida es la edad de comienzo más habitual y es levemente más frecuente en varones.
Las crisis febriles pueden ser clasificadas como:
- Crisis febriles simples: de menos de 15 minutos de duración, que corresponden a un 85% a 90% del total, es decir son las más comunes.
- Crisis febriles complejas: con crisis focales, reiteradas o que se repiten en 24 horas, tienen una duración mayor de 15 minutos y corresponden a un 10 a 15% del total.
Del punto de vista clínico, una crisis febril se caracteriza por:
- Cualquier tipo de convulsión: La mayoría son de rápida recuperación y autolimitadas.
- Se producen en la etapa inicial o comienzo de una enfermedad febril (menos de 24 de evolución) y a veces la crisis es la primera manifestación del comienzo de un cuadro infeccioso
- Los focos más comunes de fiebre son infecciones respiratorias altas, de los oídos (otitis media) aguda, infecciones gastrointestinales, exantema súbito, infecciones urinarias.
- Antecedentes familiares de convulsiones febriles, en padres, hermanos, primos.
- Fiebre muy alta, de alrededor de 40 ºC.
- Hospitalización al nacer por un periodo mayo de 28 días.
- Asistencia a guardería o sala cuna, pudiendo contagiarse en forma frecuente con infecciones de los otros niños.
- Hiponatremia o el sodio (Na+) bajo en la sangre.
Entre el 25% a30% de los niños que tiene una primera crisis febril, tendrán una segunda; 9% tendrán 3 a más crisis. Un 75% de las recurrencias ocurre durante el primer año de sucedida la crisis, 90% dentro de 2 años que le siguen.
El riesgo de epilepsia luego de una convulsión febril simple es levemente mayor que en la población general. Menos del 5% de los niños que las tienen desarrollan epilepsia.
- Buscar antecedentes de enfermedades infecciosas, ingesta de fármacos o medicamentos, trauma, nivel del desarrollo psicomotor o maduración para su edad, antecedentes familiares de convulsiones febriles o epilepsia.
- Examen físico y neurológico.
- Buscar la causa de la fiebre.
- No se recomienda realizar EEG para la evaluación neurológica de un niño con un primer episodio de convulsión febril simple.
- No se recomiendan imágenes de cerebro.
A los padres se les recomendará un manejo precoz y enérgico de la fiebre.La decisión de tratar o no tratar con anticonvulsivantes, debe basarse en el análisis de los riesgos y beneficios que involucra cada conducta y es decisión del pediatra o neurólogo pediátrico tratante.El uso de fármacos anticonvulsivantes de uso profiláctico continuo, sólo debiera ser considerada en casos específicos.La madre podría utilizar Diazepan 0.5 mg./kg., vía rectal, evitando una crisis prolongada, lo que le permitirá llevar al hijo con más calma al Servicio de Urgencia.
Se debe entrenar a los padres sobre qué hacer en el momento agudo.Si se trata de una convulsión febril compleja o repetida con factores de riesgo, es conveniente derivar al especialista.
Fuente: Pediatría UC