Los andadores están totalmente contraindicados ya que aumentan cuatro veces en número de accidentes graves. Estos accidentes son denominados lesiones no intencionales por ser prevenibles en un 99%.
En muchas familias, el uso del andador comienza alrededor del 9no. mes de vida del bebé. Estos padres suponen que al colocar al bebé en el andador éste podrá moverse solo y ellos podrán relajarse un poco y hacer otras tareas mientras el niño se desplaza con autonomía. Por otro lado, algunos padres creen que es preferible que el bebé esté en el andador si el piso está sucio, pero esto es un error : están mucho más seguros con una mantita en el piso que en un andador.
La Academia Americana de Pediatría ha publicado bastantes artículos en los que explica que el número de niños menores de 15 meses tratados por lesiones asociadas al uso del andador es muy elevado. Para esta asociación, el andador no ayuda a andar sino que puede retrasar el desarrollo motor e intelectual. Este organismo recomendó la prohibición de su fabricación y venta.
Otro mito erróneo es considerar que el andador estimula la maduración de la marcha. Las evidencias demuestran precisamente lo contrario: el uso del andador puede retrasar su inicio.
El andador no enseña a caminar, aunque veamos que el niño se desplace y mueva sus piernas como si estuviera caminando; no está aprendiendo a sostener su cuerpo ni ejercita el equilibrio, que son requisitos básicos para poder caminar.
Tampoco incentiva el balanceo de los brazos al caminar, lo cual es indispensable para la coordinación de la marcha.
Asimismo la postura sentada o semisentada no es eficaz a la hora de mantener la posición erecta y el niño aprende a desplazarse “patinando” para que las ruedas del andador se muevan, lo cual le genera dificultades futuras ya que debe “desaprender” este patrón inadecuado de marcha para luego adquirir el esquema motriz correcto.
Personalmente creo que el andador no es necesario, pues el niño debe caminar por él mismo.
El mejor andador para un niño son las manos seguras de la madre que le dirige.